domingo, 11 de enero de 2009

Never going to get to France, Mary, queen of chance



No sólo ha sido Mike Oldfied el que se ha inspirado en la azarosa vida de María Estuardo. Y no es de extrañar, porque le sobran ingredientes para el drama y la aventura.

No sé si merecen los poderosos de la Historia nuestra admiración. Al fin y al cabo, son con frecuencia sus caprichos -y no siempre su esfuerzo, su sentido común o sus buenas intenciones- los que arrastran al pueblo a la desgracia, sin pedir permiso siquiera. Ya dijo alguien, con acierto, que el poder es como el alimento. En cuanto se toma, se convierte en mierda, al margen de partido o religión.

Pero volviendo a María de Escocia, pienso que su vida es cuando menos, digna de atención. Desde su nacimiento luchó hasta el final por jugar bien el papel que le fue asignado en unas circunstancias en las que todos los vientos venían en contra.
Fue coronada con prisa a los 9 meses de edad cuando su madre, María de Guisa se retractó del pacto por el cual se prometía a la pequeña con Eduardo, el hijo de Enrique VIII de Inglaterra. Desde el momento en que con sus diminutas manos agarraron con fuerza el cetro fue presa de una oscura maldición.
El ejército de Enrique VIII la persiguió sin tregua, dejando un rasto de sangre por tierras escocesas para secuestrarla, hasta que a la temprana edad de 5 años fue necesario enviarla a la corte francesa, que por entonces era un país aliado de Escocia, a condición de convertirse en la prometida del heredero de Enrique II de Francia. Allí transcurrieron diez años de paz en la vida de María, probablemente los únicos, recibiendo todo tipo de atenciones.
A los 15 años se casó según lo pactado, con el que un año después sería Francisco II, rey de Francia. A los 18 años pierde María madre y esposo. Ésto conlleva la retirada del apoyo francés a la causa escocesa.
María regresa sola a Escocia, demasiado joven para afrontar la difícil situación del país: Litigios entre protestantes y católicos, y sobre todo, la amenaza que suponía para su prima Isabel I de Inglaterra el hecho de que María tuviera derecho de sucesión a la corona inglesa.
En contra de la voluntad de Isabel, María contrae matrimonio con su primo Lord Darnley. Desgraciadamente, éste se convierte pronto en su mayor enemigo. En su deseo de ser rey, la ataca para que aborte cuando estaba embarazada de su hijo Jacobo. Y se cree que tuvo que ver en la muerte del secretario (y tal vez amante?) de la reina, David Rizzio. Lord Darnley aparece muerto en 1567 -tal vez a manos del conde de Bothwell- cuando se recuperaba de sífilis en una casa de reposo.
En Escocia estalla una rebelión protestante encabezada por el propio consejero y medio hermano de María Estuardo, el conde de Moray.
Posteriormente, fue raptada por el conde de Bothwell, y posiblemente forzada a casarse con él. Después del matrimonio, la nobleza se alza contra ellos. María es arrestada y obligada a abdicar en su hijo Jacobo. Durante este encierro sufre un aborto de gemelos.
Se escapa en 1568 disfrazada de lavandera. Organiza un ejército con la intención de recuperar su trono, pero fracasa, y es apresada por orden de Isabel. En un principio es juzgada por la muerte de Lord Darnley, hecho que no se pudo probar.
Permaneció 18 años en prisión, y fue finalmente culpada de traición contra su prima Isabel y decapitada a los 45 años, vestida de rojo, declarándose mártir católica. Las dos reinas no llegaron a conocerse en vida, pero sus sepulcros son ahora vecinos en la abadia de Westminster.

"En mi final está mi comienzo" era el lema heredado de su madre, que María hizo suyo. Y así fue. Después de muerta logró hacer perdurar su dinastía. Su hijo sería Jacobo VI de Inglaterra y Escocia.