Oden, Vile y Ve, como dioses que eran, fueron los que crearon el primer hombre. Había más dioses y, parece ser, que no se diferenciaban mucho de los hombres, excepto en que eran más grandes y más guapos, pero se casaban, tenían hijos y les gustaba comer y beber como a cualquier hijo de vecino. Se me olvidaba otra pequeña diferencia y es que permanecían siempre jóvenes, no envejecían. A mí, que me encantan las manzanas, no creo que me gustara la que ellos comían y hacía que no perdieran su juventud: La manzana de Idun. Y aquí ya aparece en nuestro relato una diosa: Idun, era la diosa de la juventud, vigilaba esmeradamente las manzanas y se encargaba de dar una a cada dios todos los días.
Pero vamos a empezar con el padre de todos los dioses: Oden,
